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Número 34

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Turismo Islámico Perspectivas
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El turismo religioso: Eje del turismo entre los paÙŠses islÙ„micos y los musulmanes del mundo

Históricamente, la Peregrinación Mayor (Al-Haŷ) y la Menor (Al-Umrah), así como las visitas a las moradas de los imames y santos varones del Islam y acontecimientos religiosos, han sido el motor que llevó a los pueblos islámicos a abandonar la rutina de sus vidas y sus ciudades y viajar para dar descanso a sus almas fatigadas. Después de las oraciones o visitas previstas, las almas reposan y gozan de las alegrías de la vida comprometida con los valores islámicos y humanos. Es necesario dar ejemplos y contar acontecimientos para los no musulmanes que desconocen estos valores, mientras que los musulmanes están obligados a conocerlos incluso si no los han leído o no los han practicado. En primer lugar está La Meca, que se visita para cumplir con la obligación de las dos peregrinaciones, y Medina, donde se encuentra la tumba de nuestro santo profeta, que las oraciones divinas lo acompañen. Y están la Mezquita Al-Quds (en Jeruslén), bendecida por Dios, y los santuarios de otros profetas como Adán, Set, Jonás, Hud, Salih y Dhul-Kafil (en Iraq), el Profeta Abraham (en Jordania), y los mausoleos de los parientes del profeta en Nayaf, Kerbala, Al-Kadhimía, Samarra y Mashad. A los que se pueden añadir imames de las diferentes tendencias islámicas, como la mezquita y al mismo tiempo mausoleo del imam Abu Hunaifa Annuûman, en la región de Al-Aâdhamía (en Bagdad) y demás mausoleos de los compañeros del profeta Muhammad y demás santos varones que difundieron el mensaje del Islam en los cuatro puntos cardinales del planeta, y se encuentran en todo el mundo islámico, desde el Atlántico al oeste hasta el extremo oriental de Asia y hasta África y otras regiones del mundo.     

Las mezquitas y mausoleos de los imames, compañeros del profeta y santos varones rebosan espiritualidad, brillan del esplendor de la fe y del sacrificio en pro del Islam.

Por otra parte, el Corán afirma claramente que Dios todopoderoso desea que los lugares y moradas habitadas por los profetas y santos varones se glorifiquen por los siglos de los siglos como faros del recto camino y recuerdos de personalidades fieles y puras. Así, se dice en la asura "La cueva": «Y así los descubrimos para que supieran que lo que Dios promete es verdad y que no hay duda respecto a la Hora. Cuando discutían entre sí sobre su asunto, dijeron: "Edificad sobre ellos, Dios los conoce bien". Los que prevalecieron en su asunto dijeron: "Levantemos sobre ellos un santuario"» (asura La cueva, aleya 21).

Lo relatos de la "Ida y vuelta" (o "Viaje nocturno" a Jerusalén) nos demuestran la importancia de los vestigios y monumentos históricos, pues la programación de dicho viaje incluía la visita por parte del profeta de las moradas de los anteriores profetas. Se dice en efecto que a la vuelta se paró en Medina, Tor-Sinaí (el Monte de Dios) y Belén, donde rezó y le dijo el Arcángel Gabriel: «Mensajero de Dios, ¿sabes dónde has rezado? Lo has hecho en "Taiba", adonde emigraste, y en el Monte de Dios, donde el Creador le habló a Moisés, y en Belén, donde nació Jesús».

A partir de aquí, las sucesivas generaciones de creyentes heredaron la tradición de darles importancia y respetar las tumbas y moradas de profetas y santos varones, llevados a ello por su naturalidad, su consciencia, su religión y su razón, que los impulsan a preocuparse por la historia y a conocer sus monumentos y vestigios.

Los conceptos de turismo islámico empiezan a evolucionar después de la publicación de la revista Turismo Islámico y su portal electrónico, que han sido los lugares desde los cuales se han difundido tales conceptos y estos nuevos términos (nuevos y extraños en el momento de su aparición). Al principio se han planteado muchas preguntas acerca de ellos. Las exposiciones y actividades turísticas, así como las universidades, empezaron a indagar y analizar el significado del turismo islámico, a escrutar su dimensión humana, a evaluar todos los aspectos de tales significados y dimensiones, en particular la importancia del turismo religioso, sus dimensiones históricas, la fuerza de su empuje y sus ingresos económicos. Y hay unanimidad entre los que se ocupan de este tema sobre su importancia, prioridad y multiplicidad de sus ventajas, en todos los aspectos.

La pregunta que se plantea es: ¿por qué los países árabes e islámicos no han situado el turismo islámico entre las prioridades de sus planes turísticos, sobre todo teniendo en cuenta que han empezado, por primera vez, a tomar en serio la cuestión turística? El turismo religioso es una de las riquezas turísticas más importantes sobre la faz de la tierra, en particular sus vestigios en los países islámicos. Son tesoros y reservas permanentes que superan el petróleo, porque han atraído a millones de musulmanes y atraerán a centenares de millones de musulmanes y no musulmanes en el futuro. Y cualquiera que sea el modo de vida, el credo permanece.

La humanidad busca sus raíces enterradas por el paso del tiempo. En los dos pasados siglos, las universidades y centros de investigación se pusieron a analizar todos los temas científicos, humanos y religiosos, a desenterrar vestigios en busca de cualquier indicio que les indicase cómo vivían los humanos en tal época histórica o tal otra. Esa pasión y esos deseos han aumentado ahora y los Estados compiten para consagrar grandes cantidades de dinero para formar especialistas capaces de mostrar aspectos de su pasado, cualesquiera que sean los esfuerzos y el dinero que hagan falta, para aprovecharlo en el ámbito de la comercialización turística de sus países.

La Organización Mundial de Turismo ha calculado que los turistas que visitan emplazamientos por cuestiones religiosas o de credo se cifran entre 300 y 350 millones de personas al año, y el Primer Congreso Mundial de Turismo Religioso, celebrado en noviembre de 2006, ha considerado que el mercado de este tipo de industria turística se cifra en 1.000 millones de dólares anuales.

En nuestro mundo islámico estamos viendo aparecer experiencias prometedoras. Arabia Saudita está inyectando centenares de millones en realzar sus monumentos históricos, como por ejemplo los monumentos y tumbas de Madain Salih, que fue la capital meridional de la civilización nabatea. La ciudad hermana de Petra en Jordania hace lo mismo, y se está restaurando y embelleciendo la histórica región de Dirîyah, cuna de la dinastía saudita y de su aliado el Cheij Mohamed Ibn Abdel Wahhab, alianza concretizada en 1158 de la Hégira (1744 de Cristo), para la cual se han consagrado cientos de millones de dólares en tres fases, para hacer renacer esta ciudad originalmente construida con barro. Los responsables han comenzado a trazar carreteras, a construir hoteles y a invertir lo necesario para acoger a los turistas.      

Aun hay muchos más emplazamientos y tipos de turismo de los que hablan los responsables. Y la gran pregunta es: ¿Para quién se están preparando estos emplazamientos turísticos? ¿Cuántos turistas extranjeros se prevé que los visiten? ¿Cuánto costará gestionar estos emplazamientos, asistir y proteger a los turistas? ¿Qué sentimientos se llevarán a sus países? ¿Cuáles serán los beneficios económicos y comunicacionales? Y lo más importante: ¿qué beneficios intelectuales y espirituales sacarán los musulmanes, estén donde estén?

Nosotros vemos que hay experiencias exitosas en países como Egipto, Siria, Jordania que han logrado emplear sus emplazamientos arqueológicos e históricos islámicos, haciendo de ellos un sueño que todos quieren contemplar. Recordamos, como ejemplos, la mezquita Al-Hussein en Egipto, uno de los monumentos más bellos de El Cairo y, cerca de ésta, el santuario de Nuestra Señora Zainab y el mausoleo de Mohamed Ibn Abi Bakr y Malik Al-Achtar; en Siria se pueden citar famosos mausoleos, como los de nuestra Señora Zainab, nuestra Señora Rukaya Bint Al-Imam Al-Hussein, el profeta Yahia en la Universidad de Damasco y numerosos compañeros del profeta Muhammad; y en Jordania se encuentran las moradas de Yaâfar Ibn Abi Talib Attaiar, Abdalah Ibn Rawaha y Zaid Ibn Hartha, que la paz divina los acompañe a todos.

El turismo religioso y los demás tipos de turismo comprometido con los valores islámicos y humanos deben de ser el camino a seguir, porque la alternativa es la decadencia que se extiende como una plaga en países que no queremos nombrar. A veces otros países y regiones que se consideraban totalmente protegidos se contagian por esa corriente arrasadora si no existe una consciencia del peligro, si el controlador no abre bien los ojos y si la religión no pone frenos. En este marco entra la detención, anunciada por la policía de un estado emiratí, de una red de cientos de sospechosos de diversas nacionalidades en 22 portales, que ejercían actos contrarios a la moral, a la religión y a los valores humanos, bajo el pretexto de turismo y ocio, tratándose en realidad de comercio con seres humanos, ganancias ilícitas y desprecio del ser humano, dignificado por Dios todopoderoso.

La pregunta es ¿qué turismo queremos?

Tenemos un tesoro turístico ilimitado, y es el turismo religioso que nos viene de nuestro credo, y otros tipos de turismo que no se contradicen con nuestro credo ni nuestra cultura y que en general crecen y se desarrollan paralelamente al turismo religioso, y son el turismo medioambiental, el turismo patrimonial vinculado con la cultura del país, el turismo rural y otros numerosos tipos que se pueden clasificar dentro de lo que se podría denominar turismo cultural. ¿Ha llegado la hora de darle y dar a nuestros pueblos la importancia y el cuidado que se merecen, maravillando a las demás naciones y haciendo de este sector una fuente de bienestar para nuestros pueblos y una consideración y respeto hacia nuestra historia?     

Llamamos a que los objetivos del turismo sean obrar en beneficio del país y del pueblo, que sean objetivos superiores, como son los beneficios del ocio y del olvido de las preocupaciones, pues la persona puede sufrir depresiones en su país o vivir dramas para los cuales el viaje es el mejor remedio; también se puede viajar para ganarse la vida, como en el caso del turismo comercial, o para estudiar, pues afirma el dicho del profeta: "buscad la ciencia aunque sea en China", o aprender literatura.... Cuando viaja una persona, conoce las tradiciones y las culturas de los demás pueblos.

El país que mejor puede levantar el estandarte del turismo religioso, orientar y alumbrar el camino a seguir es el reino de Arabia Saudita, gracias a todos los bienes con los que Dios lo ha favorecido, con la Kaâba hacia la que se dirigen las oraciones de todos los musulmanes, con su territorio como lugar en el que descendió el mensaje del profeta Muhammad, con los emplazamientos y tumbas de los dignos compañeros del profeta y de todos los que siguieron su camino... Es grandioso el tesoro que posee Arabia Saudita (y que poseen otros países islámicos) si se restaura y si se establecen programas turísticos que engloben el turismo religioso y los demás tipos de turismo que los turistas desean practicar.

La restauración de Al-Baqiî conlleva beneficios más generales y globales que consisten en realizar la unidad de los musulmanes. Arabia Saudita albergará no sólo la Kaâba en La Meca y la tumba del profeta Muhammad en Medina, sino que albergará y cuidará la historia de todas las tendencias de los musulmanes, cualesquiera que sean sus diferencias doctrinales, y rechazará todas las fatwas (decretos religiosos) de excomunicación que llaman a matar a personas, a destruir mezquitas, mausoleos, moradas y tumbas de los santos varones y a la desunión. El ejemplo de Iraq es claro en este sentido, pues los asesinatos y destrucción de mausoleos en Samarra y otras regiones no atentaban de manera específica contra este país o contra una determinada tendencia, sino contra todos los valores islámicos, representando una ingente pérdida para todos.

Apelo al servidor de los dos lugares santos, el rey Abdallah Ibn Abdelaziz, a los alfaquíes (doctores de la ley) y a cada uno de los miembros del gobierno, en particular a los que trabajan noche y día para poner de relieve los monumentos turísticos del reino, a que obren para difundir la cultura del turismo islámico, explicando sus dimensiones religiosas, históricas y civilizacionales y dando un ejemplo supremo de la especificidad del turismo según los valores islámicos y humanitarios. Llamo también a los responsables a que funden centros de investigación religiosa para todas las tendencias islámicas, para contribuir a eliminar los obstáculos y diferencias interpretativas que dificultan la comunicación entre dichas tendencias islámicas y sus pueblos. Esperamos que se le dé la importancia merecida al tema de la restauración de las tumbas de Al-Baqiî, a la santidad e inviolabilidad de las tumbas de creyentes musulmanes, a sus vestigios, a su lugar y prioridad. Nuestro respeto para con nuestra historia, con la historia de los defensores de nuestro credo y la de nuestros piadosos antepasados provocará que el mundo nos respete, y viceversa. Esto no se contradice con nuestra creencia en la unicidad de Dios, que ha honrado al ser humano dándole la razón y la fe y que ha hecho de los mártires seres vivos tanto en su vida como en su muerte, pues dice en su sagrado Libro: «Y no penséis que quienes han caído por Dios hayan muerto. Al contrario, están vivos y sustentados junto a su Señor» (Asura la familia Imran, aleya 169). Revivir su recuerdo y reconstruir sus tumbas satisface a Dios y nos acerca a Él.

Por último, diré que no hubiera tratado este tema si no fuera por mi fe en Dios todopoderoso y si no fuera por la hospitalidad que me ofrecieron los responsables en Arabia Saudita, y en primer lugar el príncipe Khalid Al-Faisal Ibn Abdelaziz, príncipe de la región de Assir, el cual le ha otorgado a la revista Turismo Islámico el "Escudo de Assir" en consideración de los esfuerzos de nuestra revista en obrar en pro del turismo en la región de Assir y por su colaboración con la comisión turística de la cámara de comercio e industria de Abha.

También he de citar la última y amable invitación que me ha enviado el embajador de Arabia Saudita en Londres, en nombre de la comisión general de turismo para visitar el país en compañía de la delegación británica, visita que duró 8 días, durante los cuales he sido objeto de toda suerte de atenciones y hospitalidad. El significado de todo ello es que Arabia Saudita ha seguido los pasos de Turismo Islámico y de su portal electrónico desde el primer número. Nuestra revista ha podido ser objeto de consideración y respeto por su sano mensaje islámico, del cual puso los fundamentos desde el primer día y los responsables saudíes saben por lo tanto que tanto la revista como su portal electrónico no persiguen defender tendencias ni fantasías ni ambiciones, sino únicamente satisfacer a Dios todopoderoso.

 Obremos todos pues para difundir la cultura turística islámica en todos sus aspectos, y hagamos del turismo religioso la piedra angular y el impulsor de los demás tipos de turismo, para que nuestra generación y las generaciones venideras conozcan los monumentos y la historia tanto de sus países como los de los demás países, con lo cual se difundirán las banderas y las canciones de la paz y la amistad entre los musulmanes y entre todas las naciones.

Dios decide del éxito de todos.              

    

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