Los pueblos del mundo siguen el sendero del turismo por la paz
¿Por qué el turismo? Las investigaciones, estudios, congresos y ferias han estudiado el turismo desde sus diversos ángulos económicos, culturales, históricos, sociales e incluso empiezan a llamar a las puertas de la paz entre naciones, pero no he encontrado ningún estudio amplio que analice las necesidades del individuo, del cual están compuestos los grupos turísticos y las sociedades turísticas. ¿Qué necesidades tiene el individuo en su experiencia subjetiva? Es posible que esto sea debido a que el asunto tiene que ver con la psicología social y la profundización en el alma del individuo, y no tanto con la ciencia y una actividad experimental como el turismo, pero una reflexión sobre el tema muestra la estrecha relación entre los dos niveles. Cada persona se enfrenta a muchas presiones de la vida, en todas las etapas de su existencia. Generalmente, la presión empieza en su contacto con la naturaleza, cuando el hombre explica cualquier aviso como peligro o desafío que supera los medios que tiene a su alcance. Es difícil describir y enumerar las diferentes presiones de la vida, pero se pueden clasificar en tres categorías principales: la primera es la presión fisiológica, que provoca daños corporales directos, los cuales pueden ser debidos a guerras, represión, tortura, catástrofes naturales, contaminación, ataques microbianos. La segunda categoría es la presión social, que proviene de una relación negativa con los demás en diversos ambientes (relaciones familiares, relaciones laborales, relaciones escolares). Estos ambientes se pueden considerar principales, porque el individuo pasa largo tiempo en ellos y dan nacimiento a relaciones permanentes y por lo tanto importantes, contrariamente a otros ambientes que se pueden considerar segundarios o transitorios en los que las relaciones son pasajeras. En esta categoría se incluye la situación y la clase social, la ambición de mejorar cultural, económica y socialmente. La tercera categoría es la presión psicológica, provocada por situaciones adversas de la primera y segunda categorías o de las dos al mismo tiempo. Es la más dañina por el nerviosismo e intensidad de los trastornos que provoca. Incluye toda suerte de sentimientos del hombre, como el amor, el odio, la depresión, el fracaso e incluso el aburrimiento provocado por el lujo y el vacío. ¿Cómo escapar de estas presiones? Las presiones de diverso origen imponen al hombre aplicar medios y remedios oportunos para superarlas, y es lo que llaman estrategias contra las presiones. Y esto se puede realizar de muchas maneras. Una es la solución directa del problema mediante una reflexión organizada, seguida por una decisión adecuada. Otra es buscar apoyo en los demás (apoyo social), lo cual también puede revestir formas diversas, como ayuda corporal, ayuda material, consejo e información, implicación personal, participación social, etc. Una tercera manera es volver a evaluar la situación, lo que puede provocar la disminución de la presión. Una cuarta podría consistir en intentar evitar la presión huyendo del hecho, olvidándolo, reprimiéndolo o ignorándolo. Lo que nos interesa en este estudio y lo que intentamos teorizar es que el turismo y el viaje, así como el cambio que eso implica, es una de las opciones racionales que el individuo bajo presión tiene a su disposición. Es sin duda una de las estrategias anti-presión que le permite conocerse a sí mismo y relajarse, en particular las personas que viven en ambientes que les quitan la posibilidad de conocerse y les impiden sentirse seguras y tranquilas. Cuando se trata de un viaje familiar, nadie puede negar su papel positivo en mejorar y reforzar las relaciones entre sus miembros (entre esposo y esposa, entre padres e hijos). Esto es vital y fundamental para eliminar o disminuir la presión social en uno de los ambientes más importantes de la primera categoría, a saber el ambiente familiar. Por lo que respecta al turismo masivo, se trata de un placer inmenso, porque todo el mundo participa para llegar a los mismos objetivos perseguidos. Aquí se materializan todas las explicaciones y resultados de la teoría de la conducta colectiva (o psicología de masas), que vemos como algo positivo desde nuestro punto de vista, si se organiza con precisión, utiliza medios legales y persigue fines nobles. Si se realizan todas estas condiciones, se garantiza que la conducta colectiva no se desvíe de sus objetivos y se transforme en desorden o violencia. Al contrario, la interacción social entre individuos desemboca en una homogeneidad intelectual y espiritual entre ellos. Uno de los resultados es el aumento de la autoestima de cada individuo, el refuerzo de su pertenencia al colectivo y una interacción positiva frente a su aislamiento social. Éste último es uno de los factores más importantes que llevan a los trastornos psicológicos de las personas privadas de participación en actividades Los pueblos del mundo siguen el sendero del turismo por la paz www.islamictourism.com ÊhÎμd’C G Éæ©bƒe GhQhR ,äÉfÓY’E Gh äÉcGΰT’G ,ôjQÉ≤àdG ,QÉÑN’C G øe ójõªΠd 2008 / ¿GôjõM - QÉjGC - 35 Oó©dG - á«eÓ°S’E G áMÉ«°ùdG sociales. Finalmente, el turismo masivo es susceptible de cambiar las tendencias, creencias y conductas de los individuos, por ser el colectivo un espacio de intercambio para escuchar y ser escuchado, para transmitir mensajes, objetivos nobles y conductas ejemplares. Aquí se plantea la cuestión de la elección de las diversas y contradictorias posibilidades turísticas para el ocio y el descanso espiritual. Algunos prefieren las diversiones en sus múltiples tipos y categorías morales; otros van a los espectáculos teatrales o deportivos; un tercer grupo va a investigar acerca de las civilizaciones y la historia de siglos pasados; otros prefieren los centros de oración y meditación; y también los hay a los que no les importa ni esto ni aquello, y sólo les interesan la tranquilidad y la relajación. Si intentásemos buscar un punto común de todos los que buscan el sendero turístico como meta para satisfacer sus deseos, ese punto sólo puede ser la paz. La paz es la que permite que las almas cansadas encuentren descanso, tranquilidad y seguridad, que son las principales metas desde un punto de vista subjetivo. Y esto nos lleva a plantear otras preguntas: ¿Qué tipo de turismo puede uno practicar para alcanzar ese estado de paz y tranquilidad, tanto consigo mismo como con los demás? ¿Qué sendero turístico elegido es susceptible de satisfacer mejor y de la manera más rápida la noble meta perseguida? ¿Qué sendero puede el individuo soportar sus costes? Todos los párrafos anteriores tienen que ver con el turista o el colectivo de turistas y su estado psicológico desde un punto de vista subjetivo, sin embargo existen otro punto de vista y otra dimensión no menos importantes, que son incluso aún más importantes por el impacto y el resultado, y es la manera de utilizar esa meta común a la mayoría de los turistas, consistente en realizar el estado de tranquilidad, descanso, seguridad, paz consigo mismo, paz y armonía con los demás, difusión de los principios de tolerancia y perdón entre civilizaciones y culturas. Realizar esta meta va más allá del turista y sus sentimientos, pues forma parte de la red y del sistema del turismo mundial, de sus organizaciones activas a nivel internacional, así como de la planificación turística, de sus objetivos y de las estrategias de ejecución a nivel de los países, es decir, se trata de saber hasta qué punto tal planificación va más allá del beneficio material inmediato y pone como finalidades metas nobles, incluso si sus frutos tardan en llegar. En nuestra opinión, el mejor tipo de turismo, el que le puede permitir al individuo llegar a un estado de seguridad, paz y tranquilidad, es el turismo religioso. Esto no significa de ninguna manera disminuir la eficacia, importancia o resultados de los demás tipos, pero sencillamente, la fe y la convicción del turista cuando realiza sus ritos religiosos, así como el hecho de ejecutarlos colectivamente, refuerzan esos sentimientos interiores. Sobre la importancia del turismo religioso colectivo para realizar la paz en el mundo dedicaremos un artículo detallado en el próximo número de esta revista, Dios mediante. De momento hablaremos de los demás tipos de turismo susceptibles de permitir a los individuos, a los grupos y a los pueblos que satisfagan su necesidad innata de buscar y reforzar la paz y la estabilidad interior y que puedan disminuir las presiones que les impone la vida. En anteriores números de Turismo Islámico hemos escrito sobre los diversos tipos de turismo, como por ejemplo: el turismo cultural (números 2 y 24), el turismo escolar (número 4), el turismo terapéutico (número 5), el turismo fluvial (número 8), el turismo residencial (número 21), el turismo espacial (número 31), el turismo para personas con ingresos limitados (número 32), el turismo religioso (número 33)… Pienso que todos estos capítulos que se han tratado reflejan aspectos diversos y representa cada uno de ellos un eslabón necesario en el tema del turismo por la paz, y es por ello que deseo publicarlos todos en un solo libro titulado: Perspectivas islámicas del turismo: por la paz mundial El turismo por la paz se puede concretizar mediante marchas, actividades deportivas, actividades benéficas y nobles objetivos que traspasan las fronteras y pueden ser iniciativas individuales o colectivas para difundir la paz en el mundo. Se puede citar en este marco la marcha de las mujeres por la paz, que el año pasado fueron recibidas por Siria y que fue organizada internacionalmente. La marcha, en la que se utilizaron bicicletas, partió desde la Universidad de Alepo (en el norte de Siria), se dirigió a la histórica ciudadela fortificada de Samân, pasó posteriormente por otras ciudades y países (Líbano y Palestina) y acabó su recorrido (que duró 12 días) en la capital jordana, Amman. Participaron cientos de mujeres de 30 países, encabezadas por activas personalidades femeninas a nivel internacional, como las pertenecientes al movimiento británico “Mujeres por la Paz”, en particular D. Reagan, que obtuvo el título de mujer europea y ha sido propuesta al Premio Nobel de la Paz. Una actividad de este tipo refuerza el intercambio de opiniones, el conocimiento de las diferentes culturas gracias a medios pacíficos y con un alto espíritu deportivo, y muestra hasta qué punto la región necesita paz y seguridad, además de recoger donaciones para las mujeres y los niños de Oriente Medio. Las participantes, de cualquier manera, pasaron momentos agradables contemplando paisajes, viajando en bicicleta, realizando sus deseos y expresando el mensaje de paz que querían transmitir al mundo, todo ello mediante un medio sencillo y civilizado. Otro ejemplo de este tipo de turismo es el maratón anual de bicicletas, en Londres, conocido como ‘bikethon’, en el que participan cientos de corredores. En esta competición participan personas de todas las edades y clases sociales, familias y amigos, unidos por un solo y noble objetivo, que es reunir dinero para alguna asociación benéfica que investiga en el sector de las enfermedades incurables. En el ‘bikethon’ de 2007 se reunieron más de 200.000 libras esterlinas. Soy un entusiasta de este tipo de turismo deportivo con bicicletas, por muchas razones, de las que puedo citar: velocidad razonable de desplazamiento con tal medio, que es limpio, no contaminante, benéfico para la salud, barato si se compara con otros medios, capaz de llegar a lugares a los que no puede llegar un coche en las ciudades con calles estrechas. Por estas razones y otras la bicicleta puede jugar un papel importante en el turismo, permitiendo descubrir los monumentos y bellezas de muchos países y ciudades del mundo. Hasta el próximo número, en el que trataremos la biografía del padre de los profetas, Abraham Al-Jalil, y las de otros profetas y fieles creyentes de los que la humanidad siguió y sigue las huellas. Seguidores de la paz, seguid vuestro camino, Dios os protege.
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