El turismo islÙ„mico es una cuestiÙŽn de fe
Hay muchas convergencias entre fe y pensamiento, pero hay una diferencia entre el hombre de fe (por ejemplo el santo o el profeta) y el pensador normal. El hombre de fe no puede dudar de su fe, porque de hacerlo perdería la esencia de su misión y de su visión, pero es posible que lo haga el pensador. Es importante meditar sobre esta idea.
Hemos vivido hace días una buena temporada, en la cual ha habido la peregrinación a La Meca y la Fiesta del Sacrificio, así como la natividad de Jesucristo para los cristianos. En las dos religiones encontramos personalidades con rasgos muy poco usuales, personalidades con una visión clara y una misión evidente.
En el Corán y en el Evangelio leemos los milagros de los profetas y santos. Son milagros que tienen que ver con ellos personalmente, y no con sus seguidores. Por ejemplo, la historia del profeta de Dios Abraham, cuando le pidió a su creador que le enseñara cómo resucitar a los muertos, o Moisés de pie ante el monte, o el nacimiento de Jesucristo que es en sí mismo una extraordinaria concretización del milagro, o nuestro profeta Muhammad escuchando la revelación en la cueva de Hira o su ida (a Jerusalén) y vuelta en la misma noche.
En mi opinión, los profetas necesitaron ver estos milagros porque tenían que enfrentarse a una larga trayectoria, un camino difícil y una ingente responsabilidad. Y esto es una cuestión que no admite duda ni vacilación.
Podemos, sobre esta base, comprender la petición de los Apóstoles de Jesucristo de que Dios hiciera descender una mesa del cielo, pues si tenían que ejecutar esa tarea y acabar el camino, necesitaban una prueba incontestable de la misión que se les encomendaba.
No abandonaron los profetas su misión a pesar de las grandes dificultades que afrontaron. La mejor prueba de su tesón, son las palabras de Muhammad a su tío Abi Talib: «Tío, por Dios que aun si pusieran el sol en mi mano derecha y la luna en mi mano izquierda, para que abandonase esta misión hasta que Dios la aclare o que perezca yo en el intento, no la abandonaría».
La lección que he sacado de todo esto es que hay proyectos que empiezan como simple idea y muchas preguntas que intentan dar respuestas correctas. Y hay margen para la duda en las cuestiones teóricas, pero no en los asuntos e ideas prácticas. A veces se necesita más que las ideas. Se necesita la fe en lo que haces para que te otorgue la capacidad de realizar esa idea.
El camino para reconocer nuestra revista Turismo Islámico ha sido largo y difícil y necesitaba un salto de fe hacia lo desconocido. Y sin embargo, vemos ahora cómo se suceden los reconocimientos del valor de este tipo de turismo. Hoy día, la reclamación predominante es la expresión "turismo halal" (lícito desde el punto de vista canónico): los hoteles halal, las compañías de aviación halal, la comida halal, etc. Nos congratulamos ante esta evolución y por la contribución de nuestra revista y de su portal electrónico a ello.
Pueden consultarnos en http://www.islamictourism.com/ para conocer nuestras actividades y pueden escribir a post@islamictourism.com con sus comentarios y propuestas.
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